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Tras el levantamiento del estado de alarma, varias clínicas de aborto siguen lidiando con la presencia de grupos que rezan o abordan a las mujeres para intentarles convencer de que no interrumpan voluntariamente su embarazo.

Son antiabortistas que, rosario en mano, reparten folletos con información falsa, rezan, muestran sus pancartas con proclamas en contra del aborto o interceptan a las mujeres para convencerlas de que no entren a la clínica.

Suelen acudir los jueves, viernes y sábados de cada semana y se denominan a sí mismos "rescatistas" en referencia a las vidas que dicen salvar al evitar un aborto.

A esta actividad constante que las clínicas denoniman de hostigamiento, se suma durante estas semanas los llamados 40 días por la vida. Se trata de una campaña en varios periodos al año que propone concentraciones desde las 9.00 hasta las 21.00 en las clínicas para rezar por el fin del aborto.

En algunos lugares y momentos la actuación de estos grupos antielección es más virulenta que en otros. A veces rezan, otras abordan a las mujeres, pero en todos los casos implica una coacción y un intento por imponer su moral a mujeres que libremente han decidido abortar; en una inmensa mayoría de los casos derivadas por el servicio público de salud.

La actividad de estos grupos, que se recrudeció una vez entró en vigor la Ley del Aborto de 2010, ha sido estudiada por el Defensor del Pueblo, que se ha involucrado en el asunto a raíz de una denuncia de ACAI, que lleva años llamando la atención. La queja incluía pruebas de numerosos casos de hostigamiento en toda España y de manera reiterada, por lo que el organismo comenzó una investigación y acabó reclamando el pasado febrero medidas preventivas a la Dirección General de Policía y una intervención global al Ministerio del Interior.

El modus operandi no es el mismo en todas partes.

  • En una clínica de Murcia llevan tiempo acudiendo todos los 25 de cada mes por la noche, incluso durante el estado de alarma, suelen ser casi siempre las mismas personas, entre las que hay un cura, que frente a las puertas del centro médico colocan un pequeño altar con velas y, en ocasiones, un rótulo que reza frases como "venimos a salvar a los niños del asesinato y cosas así".
  • En clínicas de Alicante allí acuden un par de días a la semana y abordan a las mujeres. Les dicen que quieren ayudarlas, que no maten al bebé, que hay otras soluciones y que lo que van a hacer es un asesinato.
  • En otra clínica de Castilla-La Mancha que está situada en una calle muy estrecha, permite que el grupo que suele acudir, se sitúa en la misma puerta. "¿Por qué tienen que estar aguantando las mujeres que haya gente que les intimide cuando entran a una consulta, del tipo que sea?".

Zonas de seguridad

Eso es lo que lleva años defendiendo y reclama la asociación, a la que recientemente se han sumado otras 60 organizaciones de derechos humanos, feministas y sindicatos que han constituido la Plataforma ProDerechos, que pide un #AbortoSinAcoso.

Según sus propios cálculos las clínicas sufren unas 100 acciones de hostigamiento anuales y unas 8.000 mujeres han podido ser víctimas en España desde la aprobación de la Ley del Aborto de 2010. Por eso, demandan a las Administraciones Públicas que tomen cartas en el asunto y legislen para proteger a las mujeres, tal y como ocurre en países como Francia, Alemania, Irlanda o Austria en los que también los grupos antiaborto tenían una presencia significativa en los centros.

En ausencia de la norma específica que convierta en delito estas conductas, las clínicas reclaman el establecimiento de estas zonas mediante la reforma del Real Decreto 831/2010, de 25 de junio, de garantía asistencial de la prestación a la interrupción voluntaria del embarazo.